ETNIAS DE HONDURAS

Categoría: Arte y Humanidades
Fecha: 01/05/2011 12:37:59
Visitas: 7938

Aplicaciones

Goodgame Big Farm

Administra tu propia granja

Goodgame Empire

Construye tu propio imperio

LENCAS


Existe polémica sobre la descendencia y origen de los Lencas. Sin embargo, de acuerdo a Barón Castro, los Lencas son los restos directos de los Mayas que no siguieron el éxodo que dio fin al antiguo imperio Maya. A la llegada de los españoles, su población se encontraba ubicada en la parte que hoy comprenden las repúblicas de El salvador y Honduras.

En la actualidad se sabe muy poco sobre las lencas prehispánicos pero según relatos y escritos de los cronistas, sacerdotes, gobernadores e historiadores, se sabe que los lencas, antes de la llegada de los españoles, eran el pueblo más extendido que habitaba la actual república de Honduras. Ocupaban parte de occidente, centro y sur del país habitando poblados con un tamaño promedio de 350 casas. No fueron poseedores de grandes centros ceremoniales y se caracterizaron por practicar una agricultura basada en el cultivo del maíz y los frijoles, a un ritmo de 3 cosechas al año y por sus prácticas culturales, como la molienda del maíz cosido con ceniza y las fiestas religiosas periódicas. Por otra parte, cierto tipo de auto sacrificio humano testimonia la afinidad del pueblo lenca con las culturas mesoamericanas.

En 1853 el viajero e investigador E.G. Squier escuchó que los indios de Guajiquiro (La Paz) llamaban a su lengua "lenca" y al encontrar coincidencias lingüísticas con otros pueblos del mismo departamento, acuño el vocablo "lenca" para identificar a éstos y a los demás indígenas del occidente, así se origino el nombre Lenca para identificar a este pueblo.

Los Care, Cerquin, Potón y Lenca; eran poblaciones que, si bien es cierto estaban aislados por grandes distancias, se mantenían unidas por lazos culturales y una historia en común. A cada grupo le correspondía un territorio bien delimitado, repartido en cacicazgos. La población bajo el mando de un cacique se organizaba en pueblos. Al momento de la Conquista había por lo menos 500 poblados. Existía una casta sacerdotal, una de nobles y de guerreros. Las guerras eran frecuentes entre los diferentes señoríos. Pero entre los que hablaban la misma lengua, ósea los cuatro grupos principales, hacían pactos temporales de paz, vestigio de los cuales ha llegado hasta hoy la tradición del Guancasco.

De acuerdo a datos históricos, antes de la llegada de los españoles, los lencas y los demás grupos indígenas que habitaban la región estaban gestando su propio proceso histórico. Los relatos acerca de las "cruentas guerras", dejados por los cronistas coloniales, dan fe de una efervescencia política que tendía hacia la consolidación de poderes hegemónicos. Existían las relaciones de producción comunal primitivas.

La conquista y colonización española de Honduras consistió en un proceso de destrucción violenta de la organización socioeconómica de los pueblos indígenas. En el caso concreto de los lencas, de acuerdo a los cronistas, la conquista no fue fácil, pues resistieron por más de veinte años. Un factor que prolongó la lucha fue la organización social con la que contaban; su acción de resistencia más importante fue la conocida como "La rebelión de los lencas", encabezada por el cacique Lempira en el año de 1537. Lempira que significa "Señor de la Sierra", forjo la unidad de todo el pueblo lenca (Cares, Cerquines, Potones y Lencas propiamente dicho) alrededor de una confederación de tribus organizadas para luchar contra los conquistadores. Lempira fue nombrado jefe de la resistencia y con un ejército que fue integrado por cerca de dos mil guerreros, inicio la lucha que, según fuentes históricas se prolongó por más de seis meses.

La Lengua

Esta se extinguió en las últimas décadas del siglo antepasado y las primeras del siglo pasado. Pueden encontrarse aún algunos ancianos que recuerdan palabras lencas que oyeron de sus padres o abuelos, pero el idioma vivo ha dejado de existir. Aunque existe la posibilidad de que algunos ancianos hablen la lengua, muestran gran celo para revelarlo. La población en general ya no muestra ni evidencias de la posibilidad de rescatar una lengua estructurada.

Religión

Para los lencas, la religión es el cuerpo totalizador de su cultura. Profesan el catolicismo como lo hace la gran mayoría de la población del país, no obstante, de una forma muy propia: ellos la reconocen como "la religión antigua" y la diferencian conscientemente de la ortodoxia católica. De la religión antigua han perdurado prácticas y concepciones que justifican esta diferencia. La religión antigua, altamente conservadora posee profundas alteraciones de los proyectos católicos. (Por ejemplo: asocian a Cristo y la virgen María como el padre y la madre formadores). Esta inclusión de elementos autóctonos es lo que la caracteriza.

Practican sacrificios de animales o "composturas", como ellos los llaman, para agradecer o pedir perdón a los ángeles y a los santos; guardan con celo en su memoria pasajes de la "historia divina" que no aparecen en la Biblia, de cómo Dios formó las nubes, el maíz y el mundo.

Los lencas representan en la actualidad una población indígena que tiende a desaparecer, producto de la constante latinización, la perdida de su lengua y con ello, el desaparecimiento de gran parte de sus rasgos culturales.

La población lenca se localiza en los departamentos de La Paz, Intibucá y Lempira. También se encuentran en número reducido en los departamentos de Santa Bárbara, Comayagua, Francisco Morazán y Valle. Los lencas viven en más o menos 100 comunidades constituidas por aldeas, caseríos y pueblos.

La mayoría de las comunidades lencas se encuentran ubicadas en las zonas más altas de Honduras, a 1,650 metros sobre el nivel del mar, en tierras improductivas, donde el clima es templado durante casi todo el año. Se estima la población lenca de Honduras en unos 100,000 habitantes.

Según la antropóloga e historiadora Anne Chapman, a la llegada de los españoles, los lencas estaban distribuidos en distintos grupos, constituyendo una considerable población: Care, Cerquín, Potón y Lenca; eran poblaciones que, si bien es cierto estaban aisladas por grandes distancias, se mantenían unidas por lazos culturales y una historia común. Siguiendo el estudio de Chapman, geográficamente los lencas se distribuían de la siguiente manera:

Care: Intibucá, La Paz, norte de Lempira y sur de Santa Bárbara

Cerquín: centro y sur de Lempira y sur de Intibucá.

Potón: El Salvador, al oeste del río Lempa.

Lenca: departamento de Comayagua, oriente de La Paz, centro y sur de Francisco Morazán, incluyendo probablemente la capital de Honduras (Tegucigalpa). Los lencas estaban también en el valle de oriente donde colindaban con los otones de El Salvador.

A cada grupo correspondía un territorio bien delimitado, repartido en cacicazgos. La población bajo el mando de un cacique se organizaba en pueblos. Al momento de la Conquista había por lo menos 500 poblados, existía una casta sacerdotal y una de nobles de guerreros. Las guerras eran frecuentes entre los diferentes señoríos; pero ente los que hablaban la misma lengua, o sea, los cuatro grupos principales, hacían pactos temporales de paz, vestigio de los cuales ha llegado hasta hoy la tradición del Guancasco.

De acuerdo a datos históricos, antes de la llegada de los españoles, los lencas y los demás grupos indígenas que habitaban la región estaban gestando su propio proceso histórico. Los relatos acerca de las "Cuentas guerras", dejados por los cronistas coloniales, dan fe de una efervescencia política que tendía hacia la unificación de las provincias y hacia la consolidación de poderes hegemónicos. Las relaciones de producción comunal primitivas.

Dos características socioeconómicas básicas inducen a Chapman a definir como mesoamericanos a los lencas: a) La estratificación de la sociedad en nobles, vasallos y esclavos b) La agricultura de cultivo de especies que se reproducen por semilla.

La Conquista y Colonización española de Honduras consistió en un proceso de destrucción violenta de la organización económicosocial de los pueblos indígenas. en el caso concreto de los lencas, de acuerdo a los cronistas, la conquista no fue fácil, pues resistieron por más de veinte años.

La acción de resistencia más importante fue la conocida como: La rebelión de los lencas, encabezada por el cacique Lempira en el año de 1537. Lempira, que significa "Señor de la Sierra", forjó la unidad de todo el pueblo lenca (cares, cerquines, potones y lencas propiamente dichos) alrededor de una confederación de tribus organizadas para luchar contra los conquistadores. Lempira fue nombrado jefe de la resistencia, y con un ejército que fue integrado por cerca de dos mil combatientes, inició la lucha que, según fuentes históricas, se prolongó por más de seis meses.

Los lencas dieron batalla en el área que hoy comprende el río Cucuyagua y el río Ulúa. La fuerza indígena se centró en los peñones de Congolón, Coyucutena, Piedra Parada, Cerro del Broquel y Cerquín, en el actual departamento de Lempira. Cerquín, según las evidencias históricas, se constituyó en el centro de operaciones de la resistencia lenca. Los cronistas españoles señalan que "toda la tierra se había alzado y rebelado al tiempo que se alzó el dicho peñol".

Los lencas representan en la actualidad una población indígena que tiende a desaparecer, producto de la constante ladinización, la pérdida de su lengua y, con ello, y la pérdida de gran parte de sus rasgos culturales.

DELIMITACIÓN GEOGRÁFICA Y POBLACIONAL RELIGIOSO-CULTURAL

No toda la región que históricamente fue ocupada por los lencas es hoy propiamente lenca.
Se ha delimitado buena parte de la población lenca en los siguientes poblados y sus respectivas aldeas y caseríos:

Departamento de Lempira: La Iguala (con 14 aldeas y 56 caseríos); Belén (con 2 aldeas y 76 caseríos); La Campa (con 7 aldeas y 69 caseríos); San Manuel Colohete (con 8 aldeas y 89 caseríos); Santa Cruz (con 5 aldeas y 53 caseríos); Erandique (con 14 aldeas y 120 caseríos); San Andrés (con 7 aldeas y 121 caseríos); y Gualcince (con 11 aldeas y 73 caseríos).

Departamento de Intibucá: Yamaranguila (con 22 aldeas y 62 caseríos); las aldeas de Azacualpa y Chiligatoro, Togopala, Quebrada Honda, Monquecagua, Manazapa, Río Grande, Malguara y Ologos; San Marcos de la Sierra (con 3 aldeas y 38 caseríos); y las aldeas de San Nicolás y Río Blanco en el norte del departamento.

Departamento de La Paz: Marcala (principalmente en 2 aldeas y 55 caseríos); Yarula (con 3 aldeas y 31 caseríos); Santa Elena (con 5 aldeas y 82 caseríos); Chinacla (5 aldeas y 24 caseríos); Guajiquiro (con 13 aldeas y 111 caseríos) y Opatoro (con 2 aldeas y 23 caseríos).

Pese a que, tradicionalmente, se ha sostenido que sólo estos tres departamentos son de población lenca, también existen poblaciones en los departamentos de Santa Bárbara, Comayagua, Francisco Morazán y Valle.

EL UNIVERSO RELIGIOSO DE LOS LENCAS

El Universo religioso de los campesinos de tradición lenca es el fruto del traslape-asimilación del catolicismo español colonial y las creencias prehispánicas. Los rasgos básicos del universo religioso mesoamericano, lo que confirma la tesis de la filiación mesoamericana de los lencas, cuyos rasgos básicos característicos son:
a. Visión animista de la realidad.

b. Estructuración jerárquica de las entidades espirituales.

c. Realización de oraciones complejas, de ritos de ofrenda, pago, enmienda, etc.

d. Nahualismo.

e. Shamanismo muy reducido.

Para los lencas, la religión es el cuerpo totalizador de su cultura.

El culto, de las Varas o "Majestades" son el símbolo fundamental de su unidad. Las personas que poseen cargos, constituyen el cuerpo de autoridad que se extiende a todo el municipio. Dicha autoridad es política y cultural, por lo que la vida de la comunidad descansa en estos cargos; los responsables organizan las fiestas religiosas (celebración del Guancasco, la compostura del maíz común, colectas de limosnas), velan por los títulos de tierras y, en general, por la vigencia y el respeto de la tradición.

El Guancasco representó una fiesta de encuentro entre dos pueblos dispuestos a realizar un pacto de paz. Ahora es el encuentro de dos pueblos, uno recibe al otro en el marco de la fiestas patronal. Llegado el día de la visita, salen las autoridades religiosas caminando y llevando a cuestas la imagen de su Santo Patrón, acompañados con músicos que tocan el tambos y la flauta, quienes también llevan una bandera. Uno de los músicos marcha disfrazado con una máscara de madera llamada grancejo. Avanzan ejecutando música y el pueblo huésped recibe a los invitados. Al llegar al pueblo. se dirigen a la iglesia, donde saludan a la imagen festejada y luego los invitados ubican su propia imagen que, permanece en el local durante los días de festejo.

ELEMENTOS DEL UNIVERSO MÍTICO DE LOS LENCAS

En los siguientes relatos se pueden apreciar directa o indirectamente. Los elementos constitutivos de su cosmovisión.
Origen de plantas y animales:

El cacalote como descubridor del maíz. Cacalote es un ave parecida al zopilote. Tiene la costumbre de sustraer mazorcas de maíz de los bultos cuando se está cosechando y se las lleva para las cuevas, cuando el maíz escasea, las saca para comer.

El cusuco y el tacuacín. Como descubridores de las nubes. El cusuco y el tacuacín, cuando estaban escarbando, se encontraron por casualidad con las nubes encerradas en unas tinajas de barro y, cuando las quebraron, liberaron a los nubes y se apropiaron de ellas, pero, al darse cuenta los ángeles de este acontecimiento, los capturaron y se las quitaron.

Los ángeles. Los ángeles constituyen un complejo de divinidades, que tienen asignadas diferentes funciones, como son: traer la lluvia, los vientos, la fertilidad de la tierra, los males etc. Manifiestan su presencia a los humanos a través de rayos (ángeles); cuando caen sobre algún árbol, los habientes próximos a propietarios del predio deben practicar una ceremonia de compostura con el fin de reconciliar las relaciones con estos seres sobrenaturales.

Los ritos y los relatos con implicaciones míticas relacionadas con ángeles condicionan la vida concreta y la vida espiritual de los indígenas lencas más tradicionales y conservadores de su cultura, aún participando activamente en los movimientos evangelizadores oficiales, sobre todo, los promovidos por la Iglesia Católica. El sentido y función de estos elementos sobrenaturales son mejor comprendidos por ellos y, además, están estrechamente ligados a su vida cotidiana concreta. Estos seres sobrenaturales son capaces de provocar verdaderas catástrofes personales, familiares y comunitarias, por lo que para aplacar su ira es necesario realizar complejos rituales en su honor.

Las chalchiguas. Estas son unas piedras verdes, talladas (jadeitas), que producían suerte. Los indios las guardaban en unas calabazas, pero cuando vinieron los españoles la gente comenzó a creer en Santiago (se hicieron católicos) y las chalchiguas dejaron de producir suerte. Viendo esto, los indígenas las enterraron bien profundo y van a salir hasta que la gente deje de creer en Santiago (dejen el catolicismo).

Los naguales o espíritus protectores constituyen un complejo de relaciones establecidas entre el hombre y los animales protectores. Cada individuo nace con un nagual predestinado y su vida está íntimamente relacionada con la del animal que es su nagual. Sus ciclos de vida y muerte están concatenados de tal manera que, si sucede algo al nagual, los efectos también se hacen sentir en la persona cuyo nagual ha sido afectado por alguna enfermedad, herido o golpeado. Para el caso, cuando una persona está enferma se dice que su nagual está débil.

El nagual se puede conocer a través de diferentes acontecimientos, como características o síntomas en las personas que identifiquen semejanzas con algún animal.

LA LENGUA

Se extinguió en las últimas décadas del siglo pasado y las primeras del presente. Pueden encontrarse aún algunos ancianos que recuerdan palabras lencas que oyeron de sus padres o abuelos, pero el idioma vivo ha dejado de hablarse; aunque existe la posibilidad remotísima de que algunos ancianos hablen la lengua, muestran gran celo para revelarlo. La población en general ya no muestra ni evidencias de la posibilidad de rescatar una lengua estructurada. Los lencas de la región hablan el español como lengua materna, aunque su manera de expresarse revela resabios del idioma perdido en la sintaxis, en la entonación y en el léxico. así como muchos mexicanismos, especialmente palabras nahuas. Además, su forma de hablar es rica en arcaísmos castellanos.

LOS CHORTIS

El Inicio

Los Chortís ...por su filiación etnolingüística son descendientes directos de los Mayas, responsables de la cultura de Copán, Quiriguá y demás ciudades australes del viejo imperio.

Los científicos comparten la idea de que los Chortís son de la familia maya y de la rama lingüística chol. Culturalmente y lingüísticamente, los Chortís están emparentados con los chontales de Tabasco y con los choles de Chiapas (México). Los Choles y los Chortís ya se habían separado antes de la conquista española; los primeros se dirigieron hacia el noroeste y los segundos permanecieron en la región original.

Según fuentes antropológicas e históricas, los Chortís son el resultado de la fusión de diferentes pueblos. Los pipiles fueron uno de estos pueblos que influyeron decisivamente en la región pues, por la introducción del mercado, minaron toda la antigua estructura de circulación de bienes reglamentada por costumbres ligadas al parentesco. El signo de esta convivencia entre pipiles y chortís continuó por muchos siglos, al cabo de los cuales estos pueblos fueron absorbidos por la cultura Maya. El aparecimiento del dialecto chortí dentro del idioma chol, fue el resultado del encuentro con otros pueblos.

No se sabe a ciencia cierta si fueron los Chortís quienes edificaron Copán el hecho históricamente cierto y, al mismo tiempo, incuestionable es que, en la época de la conquista castellana (1530) los Chortís habitaban Copán y comarcas circunvalantes y que su Ajav o Rey se opuso tenazmente a las fuerzas expedicionarias que comandaban Hernando de Chávez y Pedro Amalín.

Los estudios recientes reflejan que Copán, como centro cultural fue el asiento de la civilización del antiguo imperio Maya. Los Chortís muy bien pueden ser descendientes directos de la población que habitaba Copán antes de la conquista y su lengua puede ser, en lo fundamental, la misma que se hablaba en el antiguo Copán.

La disminución progresiva de la población Chortí comenzó, al igual que otros pueblos indígenas del país, en el siglo XVI, con el inicio de la colonización, ya que el sistema español de repartimiento y encomiendas afectó seriamente a las poblaciones indígenas. Los malos tratos y los vejámenes cometidos contra los indios por parte de los encomendadores y corregidores, más las enfermedades adquiridas en los trabajos de añil y las epidemias de viruela y sarampión, provocaron considerables estragos en las comunidades indígenas.

En Guatemala, los Chortí en su mayoría son bilingües, chortí-español, a excepción de algunas mujeres ancianas que solo hablan chortí. En Honduras los chortís se ubican principalmente en el departamento de Copán; la lengua se ha perdido y han adoptado en un 100% la lengua española. Según datos extraoficiales la población chortí de Guatemala, donde se ubica el centro cultural de este grupo, se estima actualmente en unos 55000 individuos. En el lado hondureño, además de la lengua, han perdido también el traje tradicional y gran parte de su cultura; todo lo contrario a los chortís guatemaltecos que lo lucen a diario y han logrado preservar mucho de su cultura ancestral. Sobre la base de esto nombraremos a los chortís hondureños: campesinos de tradición chortí. En Honduras su población se aproxima a los 4200 habitantes localizados principalmente en el departamento de Copán.

El Aspecto Religioso

Entre los campesinos de tradición chortí, las ideas religiosas no son necesariamente un reflejo fiel del pasado indígena. Al momento de la conquista, los españoles exterminaron sistemáticamente a los representantes de la clase sacerdotal, quienes se llevaron a la tumba innumerables secretos y un conocimiento profundo de su antigua religión. Los que sobrevivieron, son los que mezclaron sus antiguas creencias religiosas con elementos de la religión católica.

Debemos considerar que la religión chortí precolombina y la religión católica tienen afinidades. Ambas conocen el bautismo, la confesión, el peregrinaje, el uso del incienso y la idea del sacrificio. Los campesinos de tradición chortí reúnen en una misma devoción a la diosa de la tierra y a la virgen María. Si bien se muestran reacios al matrimonio, tal como lo concibe el catolicismo, no se oponen en cambio al bautizo de sus hijos, según el rito cristiano. Dicho sacramento permite que un ser - que no es nada al nacer, se transforme de pronto en una persona. Este sentimiento es reforzado por el uso, durante la ceremonia, de agua, aceite y sal, elementos que ellos relacionan con las ofrendas que hacen honor a sus divinidades.

Cada comunidad tiene un santo patrono a quien rinden culto y que generalmente es guardado celosamente en la iglesia de la comunidad o custodiada por particulares devotos o cofradías. El origen de algunos santos permanece un tanto oscuro, lo que aumenta su poder. El santo patrono de una comunidad esta directamente asociado con los ritos agrarios. El Chaac, la lluvia y Panahturo, el viento, son dirigidos por el Arcángel San Miguel, quien determina el clima y la frecuencia de las precipitaciones. La virgen María, quien es también la guardiana del maíz, ayuda a los dioses cuando vierten el agua de sus calabazas, la cual cae en forma de lluvia sobre la tierra.

El dios del sueño es masculino para los hombres y femenino para las mujeres. Acompaña con frecuencia al dios de la muerte. El deseo de dormir en pleno día es funesto, pues significa que el dios de los sueños esta tratando de hundir a su víctima en su sueño que puede ser fatal. El mismo deseo no representa ningún peligro cuando se presenta de noche. El dios de la muerte, que es a la vez masculino y femenino, tiene la apariencia de un esqueleto envuelto en un lienzo blanco. Esta armado con un bastón largo, con un cuchillo de hueso en la punta. Invisible para todos los demás se presenta bajo esta forma siniestra ante los ojos del que va a morir. Los espíritus de los muertos a veces atacan a los vivos, por este motivo hay que ofrecerles, simbólicamente de beber y de comer (ayote en miel, que en lengua chortí es - tzinkin; comida de los muertos) especialmente el 2 de noviembre, día de los difuntos.

La cruz del pueblo es una estación de oraciones, ante la cual se detienen para cumplir ciertos ritos. La cruz puede ayudar a un enfermo a recobrar su salud; por eso es tan importante la fiesta del 3 de mayo (día de la cruz), durante la cual las cruces de la región son adornadas con flores, frutas y mazorcas del maíz. El cementerio alberga no solo cadáveres y objetos rituales, sino también espíritus malignos. Es el refugio natural del dios de la muerte. Los sacrificios humanos fueron suprimidos, pero los campesinos de tradición chortí todavía presentan ofrendas a sus dioses. Se ofrece plantas como maíz y calabazas, en pago a los espíritus protectores de la comunidad. Se quema copal para destruir las impurezas del alma y del cuerpo.

Durante una celebración religiosa se come carne de pollo y jolote (pavo); se vierte la sangre de esos animales sobre el altar o se lanza hacia los 4 puntos cardinales. Los ancianos afirman que sus abuelos contaban que la serpiente y la rana estaban asociadas con la lluvia, por consiguiente, con la fecundidad. También que en sus prácticas los brujos evocaban a la lechuza y al buitre.

Le Lengua Chorti

Según las fuentes científicas, el pueblo chortí es uno de los más antiguos, dentro de la familia Maya-Quiché, lo que confirma el arcaísmo de su idioma. El chortí, en Honduras se considera una lengua muerta; los únicos lugares en donde se puede estudiar es en los pueblos guatemaltecos de Jocotán y Camotán, donde se manifiesta el idioma chortí en su expresión más pura, aunque ya han adoptado un amplio vocabulario en español. En Honduras aun se pueden encontrar algunos vestigios de esta lengua en las comunidades de El Paraíso, Carrizalón y Ostumán. La lengua nativa es el "tcor ti" (en español chortí). El español es actualmente la lengua comercial por excelencia, ya que la emplean en los mercados para negociar con los ladinos e inclusive hasta entre ellos mismos durante la compraventa. En el caso concreto de Honduras, en todas las comunidades visitadas sólo se encontraron algunas ancianas que manifestaron hablar chortí, por lo que podemos concluir que la lengua chortí, en Honduras, ha muerto y que lo que subsiste es el recuerdo de una lengua viva hasta hace algunas décadas. Algunos ancianos manifiestan interés por la revitalización socio-cultural, partiendo de que, no todo esta perdido si al otro lado de la frontera nuestros hermanos aun conservan viva su cultura, que es también la nuestra.

Productiva y Alimentación

El maíz y los frijoles son los únicos alimentos considerados absolutamente indispensables y probablemente, tenga mayor importancia que los restantes cultivos domésticos juntos. Tanto para los chortís de Guatemala como para los de Honduras, las tortillas de maíz y los frijoles simbolizan el alimento y sus nombres ancestrales (entre los chortís de Guatemala) significan comida. La caña de azúcar parece ser casi tan importante como el maíz, pues muchas familias locales destinan una tercera parte o la mitad de sus tierras a su cultivo.

La importancia de animales domésticos es mucho menor. Si se excluye a las gallinas y jolotes (pavos), su uso y cuidado parece ser una actividad ocasional, que requiere escasa atención y planificación; los animales de carne comestible están considerados como una fuente de alimentación secundaria. Son pocos los que comen carne o subproductos animales, pues en su mayoría suelen venderlos a los ladinos y de esta manera agenciarse un poco de dinero para cubrir otras necesidades básicas.

Kanika Ké Ajkuwon (Necesitamos ayuda)

Por: Horacio H. Medina

Esa sentencia en el idioma chortí, se imprime por primera vez en nuestro país el 14 de octubre del 2004.

Puede que sea el silencio más largo que una voz haya calado, en la especie humana.

Dice la historia, en el relato de don Diego de Palacios, el oidor real. Existe una presencia de monumentales estructuras líticas en el oeste de la Provincia de Honduras, del reino de Guatemala. No hizo mención de grupo humano alguno habitando en la cercanía a la acrópolis copánide. La selva era el único ser vivo que enseñoreaba en las escalinatas y los templos. Selva representada por ceibas y "madreados"; lianas y helechos en el reino vegetal. Más decenas de mamíferos que urgían a los guamos, los frutos dulces para arrebatárselos a las vistosas guacamayas.

Por las tardes un silencioso jaguar, cual custodio real se mecía en su anda sobre el mullido césped.

Más allá, junto al río una trashumante hueste de pipiles discutían en náhuatl, su lengua madre; lo peligroso para ellos pernoctar después de la hora crepuscular en aquel paraje.

Ningún castellano conquistador se adentró después por esos rumbos. No tenían pinta alguna de estudiosos los segundones de Extremadura y de Castilla que hollaron estas tierras.

Eran aventureros tras los tesoros tangibles de este nuevo mundo. Tras el oro y los esclavos, esos sumisos habitantes convertidos en segunda mercancía después del aurífero arenal de nuestros ríos.

Hace muchos años que Silvanius Morley y otros sabios arqueólogos aventuraron teorías sobre la decadencia del imperio maya; las últimas propuestas, parecen más sensatas: "hordas pipiles derrotaron las ciudades estado, pasaron a cuchillo de obsidiana a los sacerdotes y guerreros, sojuzgando al pueblo.

En los dos siguientes siglos de dominio pipil, se borran los conocimientos de una nación sabia y primigenia de nuestro suelo.

Todo ese relato histórico me sirve para entender como encajan los chortíes en ese escenario. ¿Son los descendientes del pueblo llano sojuzgado? ¿Son alguna rama alejada de los centros ceremoniales? (Tikal, Huaxantun, Quirigua, Copán, Los Higos).

Porque surgen interrogantes, por su lengua, que los tres mil hondureños de ese origen desconocen aplastantemente. No así los guatemaltecos de sangre chortí, casi primos de los Mames de Chiapas, usuarios de una lengua. Ahora con apoyo generoso puede escribirse y articular frases como esa de nuestro encabezado "Kanika Ké Ajkuwon"; que quiere decir: necesitamos ayuda.

Cuando los españoles se adentraron en nuestro territorio, habían según recuento de ésa época, 30 lenguas distintas y muchos clanes con variantes de ellas, que no lograban entenderse.

Desde el siglo XIII una lengua, el náhuatl, se hizo vehículo para entenderse, era el latín de la América tropical, idioma que se adhirió a la ruta de Xicalanco, junto a las mercancías de trueque y a las recogidas de tributos de los emperadores aztecas.

¿Estaba entre esas lenguas, el chortí, de las tribus dominadas en el Oeste de Honduras?

Es muy probable y como las otras veintitantas sin escritura alguna.

El náhuatl ha sobrevivido en nuestro suelo porque bautizaron con esa lengua sitios, pueblos, montañas, parajes y ríos.

La más conspicua Comayagua de Comalhuacán: lugar de abundante comida. o Chalmeca: Chalmecal: lugar de la enseñanza.

Otras más de esa lengua milpa, tomate, paskinhualt.

Esperamos ansiosos ese renacer de la lengua chortí que enriquecerá nuestra cultura histórica y puede que encontremos raíces idiomáticas de frases o vocablos que el pueblo tiene en la punta de la lengua.

M I S Q U I T O S

Los misquitos o zambos (Mezcla de negro e indio) viven en unas 84 comunidades rurales, localiadas en el departamento de Gracias a Dios, zona de La Mosquitia. Su población supera los cuarenta mil habitantes.

Los misquitos han vivido de manera permanente de las actividades de la pesca y en el pasado reciente han incursionado con éxito en las labores de buceo.

La población misquita es descendiente de las tribus Chibchas, quienes vivieron en los bosques bajos del norte de América del Sur antes de la llegada de los europeos. El nombre misquito, posiblemente provenga o este relacionado al "mosquete" que era el fusil introducido por los ingleses y que se negociaba en aquella costa.

El origen de los misquitos como grupo étnico, no está claro. Los misquitos mismos y muchos estudiosos consideran que ellos siempre han sido misquitos. Algunos autores coinciden en que el pueblo misquito surgió en el siglo XVII, de una mezcla social y biológica de bawinkas, tawahkas (sumos), africanos y europeos.

Linda Newson afirma que no existen referencias a los misquitos y al parecer éstos surgieron a inicios del período colonial, emergiendo durante el siglo XVII. La referencia más temprana a los misquitos según Newson, la hace el bucanero Exquemelin, quien, en 1672, observó que formaban una pequeña nación de 1600 a 1700 habitantes. En 1681, Dampier, haciendo un estimado más conservador, observó que, No son más que una pequeña nación o familia, y no hay 100 hombres de ellos en número, habitando la tierra firme al norte, cerca del cabo Gracias a Dios; entre el cabo Honduras y Nicaragua.

Se ha sugerido, y parece probable, que los mosquitos sean un grupo puramente histórico que se origino en la mezcla de indígenas Sumos con negros que naufragaron en los Cayos Mosquitos en 1641. En 1711, el Obispo de Nicaragua describió así el origen de los "Zambos ó Misquitos":

"En el año de 1641 se perdió un navío cargado de negros en la costa del mar del norte y en la parte entre la boca del Río San Juan, provincia de Nicaragua y la ciudad de Trujillo provincia de Honduras... recogiéndose la tercera parte de los negros y los demás se retiraron y guarecieron entre las malezas de aquellas montañas ocupadas por indios caribes que celosos y recelosos de aquellos nuevos huéspedes le hicieron guerra entre sí muy cruda, vencieron con el tiempo los negros a los caribes, retirándose estos montaña adentro hacia las tierras de Segovia y Chontales... quienes hoy en día tienen fiera enemistad con ellos... Con las mujeres de los vencidos se fueron multiplicando los vencedores, y por que ya murieron aquellos primeros huéspedes se llaman hoy sus descendientes zambos por ser hijos de negros y de indios."

Existe alguna evidencia biológica que apoya el origen racial mixto propuesto para los misquitos. En un examen de los grupos sanguíneos de indígenas tawahkas y misquitos de la zona del Río Segovia, Matson y Swanson encontraron que, mientras todos los Sumos pertenecen al grupo "O", la distribución de grupos sanguíneos entre los misquitos era de 90% "O", y el porcentaje restante de los tipos "A y B".

La próxima asociación entre los tawahkas y los misquitos puede verse en sus leyendas y lenguajes. Por ejemplo, una leyenda tawahka relata cómo los antepasados tribales, Mai-Sahana y Yapti-Misri, nacieron de una gran roca cerca del Río Patuca y luego dieron a luz a los misquitos, tawahka y ohlawa. Similarmente, la lengua misquita es más parecida al dialecto Bawihka del Tawahka. Sin embargo, sus mínimas variantes dialectales en comparación a los Sumos, cuyos dialectos varían tanto, que los distintos subgrupos encuentran dificultad para la comunicación, sugiere su origen más reciente. Además el dialecto de los misquitos tiene un mayor número de extranjerismos, especialmente del español y del inglés, existe alguna muestra, aunque leve de influencia africana.

De su origen localizado cerca del Cabo del Gracias a Dios, los zambos-misquitos se dispersaron a lo largo de la costa, desplazando y dominando a otros grupos indígenas, especialmente a los Payas y Tawahkas. Esta etnia fue extendiendo sus dominios a lo largo de la costa caribeña y aumentando su número también. En 1774, Long reportó que los Mosquitos eran más numerosos cerca del cabo de Gracias a Dios, especialmente río arriba por el Wanks, y alrededores de Sandy Bay, donde reside su rey?. Igualmente, había diferencias espaciales en la composición racial de los zambos-misquitos, siendo más fuertes la influencia negra al norte del cabo de Gracias a Dios y Sandy Bay, y la influencia indígena más dominante hacia el sur.

Esto probablemente refleja la ubicación del naufragio y el hecho de que el área hacia el norte recibió una influencia más constante de esclavos negros importados para trabajar en las plantaciones inglesas. A pesar de estas variantes espaciales en el carácter racial de la población que habitaba la Costa de los Mosquitos(como antiguamente se le nombraba), la mayoría de los documentos se refieren a los grupos mezclados de indios y negros colectivamente como zambos-misquitos.

Aparentemente, los misquitos surgieron del contacto estrecho con piratas ingleses y los comerciantes del caribe en el transcurso del siglo XVII, como resultado de la unión de indígenas con negros y algunos blancos. Los misquitos son hasta el presente ejemplo de etnia en la que a pesar de las mezclas raciales, se ha mantenido la herencia cultural indígena. Entre sus medios de subsistencia se encontraba el contrabando y el comercio de mercancías inglesas al igual que la venta de esclavos tomados prisioneros (pech y tawahkas) en sus correrías por los territorios vecinos. La institución de un reinado con carácter hereditario también formaba parte de la tradición misquita. El rey simbolizaba para los misquitos, la cima del orden político, representaba los intereses de su pueblo frente a los extranjeros, era el juez y la mayor autoridad militar. A la llegada de los ingleses la posición de éste rey fue legitimada por ellos y la "coronación" del mismo tenia lugar por mandato de los mismos ingleses en Jamaica o Belice (ambos lugares eran capitales del dominio ingles en el caribe). En la práctica el rey nunca tuvo ni autoridad ni supremacía alguna en lo que respecta al control de la política interna y externa, era una marioneta de los ingleses colocada solo como una figura central del poder local. Debido a esto, la comunidad y la familia ejercían los fundamentos de la vida política de los misquitos, cuya autonomía era apenas tocada por el poder estatal.

Precisamente la debilidad de la figura del rey misquito puede ser entendida como la garantía de una mayor autonomía de las comunidades indígenas. Los misquitos surgen como pueblo bajo condiciones coloniales, por ello entremezclan a menudo de manera indistinta, elementos propios y foráneos.

A mediados del siglo XIX se presentaron cambios definitivos, los ingleses trasladaron la residencia del rey misquito de Sandy Bay (cerca del cabo Gracias a Dios) a Bluefields, la capital del protectorado territorio misquito, cuya organización política adquiría cada vez más los rasgos de un estado. Con ello el rey misquito cayó bajo la influencia directa del cónsul ingles y luego de la población de la capital, ósea los creoles (afro americanos de origen antillano) y de inmigrantes extranjeros. En esta época finaliza la expansión bélica de los misquitos y se inicia su vinculación creciente a una economía de exportación como recolectores de hule, pescadores y madereros.

Los misioneros moravos que llegaron a la región en 1849, jugaron un papel importante en la pacificación de los misquitos y lograron a comienzo del siglo XX modificar considerablemente la cultura "pagana" de los mismos. Los misioneros hicieron del misquito una lengua escrita mediante la traducción de la Biblia y contribuyeron a la supervivencia de dicho idioma hasta nuestros días.

En la actualidad, los misquitos forman el grupo poblacional más numeroso de la Mosquitia, se estiman en 30,000 los miembro

HICAQUES O TULIPANES

Durante el siglo XVI, el término Jicaque (a veces escrito Xicaque o Hicaque) parece haber sido utilizado por los mexicanos para designar a los habitantes originales no-mexicanos de Honduras, luego fue aplicado más ampliamente a cualquier grupo no-converso u hostil de la zona hacia el sur, hasta Nicaragua y Costa Rica. A pesar de la confusión en el uso de los términos Xicaque y Jicaque, Greenberg y Swadesh han identificado el Jicaque como una lengua distinta perteneciente al tronco lingüístico Hokan-Sioux. El término Jicaque o Xicaque, como en la actualidad se determina este grupo, tiene también denominaciones como la de "tol", tolupán, torrupán. Actualmente en Honduras se usa el termino tolupán, para definir a este grupo étnico.

Si retrocedemos en el tiempo, encontramos que este grupo tenía como frontera el Valle de Sula. Evidencias lingüísticas del siglo XVI, muestran que el Valle de Sula era punto de reunión entre los mayas y tolupanes, cuya cultura era menos compleja que la de los mesoamericanos (los mayas) y típico de los pueblos centroamericanos (todos los que no eran mayas).

La ubicación de los tolupanes en el inicio de la colonización española esta sujeta a discusión. Los cálculos más conservadores los ubican desde la desembocadura del río Ulúa hasta las inmediaciones de Trujillo, haciendo de frontera hacia el interior del país (aproximadamente) lo que hoy son los limites norteños de los departamentos de Comayagua, Francisco Morazán y Olancho. Por los rasgos históricos y etnográficos disponibles, se deduce que los tolupanes durante la época prehispánica, constituían un grupo cazador-recolector que se dispersaba por una amplia región y que su re-plegamiento hacia las zonas más abruptas del interior de la plataforma del caribe de Honduras se debe a la captura y explotación de que fueron objeto por parte de los conquistadores.

Mientras culturalmente, los tolupanes se parecían a los sumos, payas y misquitos, diferían de ellos lingüísticamente... Chapman, citando al lingüista Bright, asegura que representan uno de los mayores enclaves sureños del tronco Hokan. Los antropólogos y lingüistas que han estudiado la lengua, torrupán, entre ellos la antropóloga Chapman, le calculan 5000 años de antigüedad. Ellos relacionan la lengua tolupán (torrupán) con la familia norteamericana Hokon-Sioux. Sin embargo, la discusión sobre el origen de esta lengua no parece estar cerrada. Por otra parte, se han entablado polémicas sobre el origen de los tolupanes y, tomando en consideración sus rasgos lingüísticos, los sitúan emparentados con la familia Chibcha-Penutia, de origen sudamericano; o simplemente afirman que se trata de una lengua independiente y aislada. De lo que no cabe duda, a partir del dato lingüístico, es que nos encontramos con un grupo indígena antiguo, muy anterior a la civilización maya que supo, en medio de las transformaciones culturales del entorno mantener cierta identidad hasta épocas recientes.

En medio de todo este panorama histórico etnográfico, lo que podemos decir es que los tolupanes padecieron de un modo especial las primeras etapas de la conquista españoles caracterizada en Honduras por un fuerte tráfico de esclavos hacia las islas mayores del caribe y por el trabajo forzado. La persecución que se desató contra ellos durante la colonización los obligó a refugiarse en las selvas y montañas de la región centro-norte del país, manteniéndose dispersos y alejados del resto de la sociedad, lo que hizo que los tolupanes se convirtieran en casi nómadas y no lograran desarrollar una arquitectura propia. A través del tiempo han tenido que adaptarse a lo que las circunstancias les han presentado. Originalmente vivieron a la orilla del mar, a la orilla de ríos, luego huyeron tierra adentro y, por último, emigraron a las montañas.

Población actual y localización

Los tolupanes están constituidos en 28 tribus distribuidas en seis municipios del departamento de Yoro, más dos tribus emigradas el siglo antepasado a la Montaña de la Flor, municipio de Orica, Francisco Morazán.

Por la ubicación de las tribus en territorios de difícil acceso, en algunos casos, es imposible precisar la información. En un principio se conocían 21 tribus pero, a partir de la segunda mitad de la década de los ochenta, la FETRIXY (Federación de Tribus Xicaques de Yoro) comenzó a realizar un reconocimiento en la zona, ya que se constato la existencia de un buen número de pequeños grupos tribales que se separaron de las tribus reconocidas, por distintas razones, y formaron grupos aislados en las montañas. Por el contacto con los españoles y por el continuo contacto con los ladinos, los tolupanes han perdido aceleradamente muchos valores y costumbres ancestrales, proceso que ha afectado, especialmente, su lengua materna (el tol).

En el departamento de Yoro se localizan las tribus de: Plan Grande, Anisillos, Matadero, Santa Marta, Subirana, El Tablón, El Pate, El Palmar, Lagunitas, La Pintada, Luquigüe, Mina Honda, San Esteban, Candelaria, Las Vegas, Agua Caliente, Zapotal, San Francisco de Locomapa, El Siriano, Jimía, La Bolsita, Guajiniquil, Santa Rosita y Placencia; tres tribus en la Montaña de La Flor y una en el municipio de Marale, Departamento Francisco Morazán.

La población tolupán la establecemos aproximadamente, en unos 19300 individuos, de los que sólo los que habitan en la Montaña de La Flor conservan su lengua materna. Es necesario señalar que la cultura tolupán es similar a la de los tawahkas, misquitos y pech, por ser una "cultura de la selva tropical" cuyas características según A.Chapman, son: asentamientos semi-permanentes, casas multifamiliares, agricultura rudimentaria, caza (con arco, cerbatana) y pesca. Cestería, poca alfarería y calabazas. Ropa de corteza (en la actualidad, la vestimenta se ha latinizado), sociedad igualitaria gobernada por caciques (ahora regida por asambleas de ancianos y shamanes). Utilización de bebidas (chicha) en bodas y funerales. Dispersos en el interior de las montañas, los caseríos son pequeños y casi todos sus habitantes son familiares.

Aspecto Cultural

Las manifestaciones culturales cosmogónicas han desaparecido, salvo en la tribu de la Montaña de La Flor. Hay ausencia casi absoluta de manifestaciones artísticas.

La lengua tol se encuentra en estado de supervivencia; la hablan en forma aislada sólo una porción de las personas adultas, sólo en cuatro de las tribus mencionadas se encuentran todavía personas que la hablan. En muchas otras tribus se perdió desde la generación pasada o la antepasada, encontrándose algunos ancianos que recuerdan ciertas palabras que intercambiaban con sus madres.

Dando una cifra aproximada, podríamos decir que el tol lo hablan unas 700 personas; el mayor número de hablantes está en la tribu de la Montaña de La Flor, con unas 410 personas; el resto, esta disperso, en las demás tribus, donde lo hablan solamente las personas de edad avanzada.

La mayoría de la población india no habla su lengua. Las presiones discriminatorias ejercidas por los ladinos mediante burlas, imprecaciones y recriminaciones contra los torrupanes por la forma en que hablan el español, ha hecho que los indios se preocupen más por mejorar el español, que trasmitir su lengua a las nuevas generaciones.

Las prácticas culturales, ceremonias y ritos de transición (nacimiento, adolescencia, muerte) han desaparecido. Los tolupanes de la Montaña de la Flor tienen la costumbre de velar a sus muertos en la cocina durante 24 horas, los tolupanes comen su alimento diario y beben café. No utilizan cajas para el entierro, el cadáver es envuelto en las mantas que ocupaba para dormir y así es enterrado. Sus pocas pertenencias son depositadas en la fosa. A diferencia de los ladinos, los tolupanes de la Montaña de La Flor no lloran a sus muertos durante la velación, nadie hace comentario alguno; simplemente reflexionan sobre lo que fue el difunto en vida.

La ropa que en la actualidad usan, la obtienen a través del comercio con los ladinos y solo en la Montaña de La Flor, se encuentran tolupanes que aún usan su traje tradicional llamado "balandrán". A pesar de sufrir una sustancial modificación de muchos elementos culturales y sociales, los tolupanes tienen conciencia de su pasado y paulatinamente, se integran al proceso de desarrollo nacional.

Su economía es de subsistencia, combinada con los estratos dominantes al interior de las tribus: los indios ricos y pequeños productores (economía mercantil simple). La economía tolupán vive un largo proceso de transición entre lo tradicional y lo moderno.

Aspecto religioso

Los tolupanes no son extremadamente religiosos, tal vez porque lo han olvidado por falta de practica o, simplemente, como una reacción a su situación de sometimiento durante 500 años. Además que los españoles no le dieron mucha importancia a la evangelización de estos "indios salvajes". En la actualidad prácticamente han olvidado su religión ancestral. A excepción de los tolupanes de la Montaña de La Flor donde todavía persisten muchas de las creencias ancestrales y juegan un papel importante en su cosmovisión, pero por la presencia de misioneros evangelizadores en la zona, ellos temen hablar de sus creencias.

Estructura organizativa

La familia no difiere aparentemente, de las familias ladinas del sector. Se encuentran sin embargo, en algunas tribus, ciertos rasgos que pueden sugerir características familiares ancestrales: la presencia durante el parte, remite a una figura paterna reforzada con aspectos ceremoniales. La tendencia a construir la casa cerca de la de los parientes más próximos recuerda sistemas de familia ampliada que, sin duda fueron mucho más evidentes en las antiguas culturas cazadoras de la época precolombina. Pese al fuerte proceso de latinización, en la actualidad los tolupanes son el grupo étnico mejor organizado dentro del contexto nacional. Están organizados en tribus y éstas a su vez pueden abarcar un número diverso de caseríos y aldeas. También hay tribus de un solo caserío.

Entre los tolupanes, el tipo de tenencia de la tierra es muy particular, dado que nadie la posee a titulo individual. Cada indígena tiene derecho a cercar su parcela y trabajarla; aunque no puede venderla, puede cercar la extensión que es capaz de trabajar, variando de 2-3 manzanas. Esta característica de la tenencia de la tierra esta vigente a pesar de que algunos caciques y cafetaleros se han agenciado más, despojando a muchas tribus de sus tierras.

Aspecto socioeconómico

Los tolupanes producen especialmente, granos básicos (maíz, frijoles, café) y explotan secundariamente recursos naturales silvestres con raíces y madera. La organización del trabajo es fundamentalmente individual. En ninguna tribu existe el cultivo comunal. Si bien la agricultura es de subsistencia, hay casos de indígenas que comercializan alguna cantidad de café, negocio típicamente ladino, cultivos de frijoles, maíz y casos aislados de venta de frutas, de verdura y yuca.

Los tolupanes pueden contarse entre los indígenas que han desarrollado un amplio conocimiento en cuanto al manejo de las abejas productoras de miel. Son especialistas en detectarlas y domesticarlas, cuando están en la montaña. Esta labor se inicia con el traslado de las larvas o huevos de la colmena silvestre a un trozo ahuecado y sellado en sus extremos, dejando únicamente el grupo de entrada y salida de las abejas. Se deja por unos días próximos al lugar de donde se extrajo y luego se traslada al patio de las viviendas. s de esta etnia
.

Payas

Descendientes probablemente de los antiguos chibchas que habitaron la parte septentrional de América del Sur, los payas vivían en los valles de Olancho, Jamastrán y Agalta. No existía entre ellos una sociedad estratificada, la repartición de los productos era de carácter igualitario.

La dirección del grupo local estaba a cargo de un consejo de ancianos y en ocasiones la tribu era dirigida por un cacique. Dependían de una economía de subsistencia, en la que la agricultura elemental, la caza, pesca y recolección requerían de una dispersión en pequeños grupos sedentarios.

En la actualidad, los payas sobrevivientes se hallan en peligro de extinción. Una 1200 se encuentran en Dulce Nombre y San Esteban, departamento de Olancho, y Brus Laguna, departamento de Gracias a Dios.

TAWANKAS O SUMOS

Descendientes también de grupos distintos de la cultura mes

LOS OLMECAS

Olmecas: los hijos del país de Hule

Por: Miguel Blanco

Casi no sabemos nada sobre su historia. No conocemos su idioma, ni siguiera como se llamaban a si mismos, sin embargo si podemos saber que de ellos surgieron todas las demás culturas mesoamericanas. Las gigantescas y misteriosas cabezas que nos legaron, rubrican el que es, sin duda, uno de los mayores enigmas de la historia: los olmecas.

Cuando llegamos al pequeño pueblo de La Democracia, ya llevábamos a nuestras espaldas cientos de kilómetros de viaje siguiendo la pista de los dioses precolombinos en Centroamérica. Pero sabíamos que en aquel pequeño pueblo perdido en nuestro mapa, se encontraba una de las más variadas muestras de la cultura olmeca que podíamos encontrar en todo el pais. Los responsables del Museo Antropológico nos recibieron con la caracterísistica amabilidad indígena, y nos indicaron donde debíamos dirigir nuestros pasos. Y, tras examinar las fascinantes piezas que custodian en el edificio, y la gran cabeza olmeca que franquea la entrada al mismo, nos encaminamos a la plaza central de la ciudad.

En dicha plaza, y desde 1967, según reza en la placa conmemorativa, el Comité Pro-Cultura estableció un Parque Arqueológico Olmeca... y allí nos las encontramos. Una docena de espectaculares piezas de esta enigmática cultura rodeaban todo el parque. No sólo pudimos examinar las características cabezas gigantes de rasgos negroides, sino otro tipo e figuras, como extraños seres de apariencia extraterrestre, criaturas de aspecto mostruoso, y rostros humanoides que parecían tocados con modernas gafas de sol...

El enigma olmeca

Los olmecas se ubican temporalmente en el período Preclásico inferior y medio que abarca del 1500 a.C. hasta el 100 d.C. El nombre de olmeca, que significa "habitantes del país del hule", le fue adjudicado por estudiosos de esta cultura en 1929. En realidad no conocemos ni el nombre que se daban a si mismos, ni su lengua ,ya que no dejaron testimonios escritos y las fuentes históricas no registran hechos de tanta antigüedad. Sin embargo, lo que si podemos afirmar es que todas las culturas clásicas de Mesoamérica se originaron en la enigmática cultura olmeca.

En la actual República Mexicana que comprende la parte sur del estado de Veracruz y el oriente del Estado de Tabasco, entre le Río Grijalva y el Paloapa, ahí nació la cultura olmeca. Ahí fundaron sus ciudades y labraron su esculturas. Esta es considerada como la cultura madre de la civilización en Mesoamerica, que después se extendería a otros países centroamericanos.

Limitada al oriente por las montañas de los Tuxtlas, y por la Sierra Madre del Sur se encuentra la Región denominada AREA METROPOLITANA, AREA CLIMAX o ZONA NUCLEAR, debido a que en ella se encuentran las que fueron acaso, sus capitales: La Venta, San Lorenzo, Laguna de los Cerros y Tres Zapotes.

Usualmente se designa como olmeca al grupo que habitó al sur de Veracruz y al norte de Tabasco: este nombre deriva del nahuatl OLLI y MACATL (mecate),que como decíamos significa "habitante del pais del hule"; aunque también se les conoce como tecnocelome (la boca del tigre).

Es probable que conocieran la domesticación del perro y del guajolote e iniciaran la apicultura; se sabe que practicaban la antropofagia ritual; y que probablemente extraían de un sapo marino, abundante en el golfo, una sustancia alucinógena. Una práctica esta compartida por brujos y chamanes de las islas cercanas al continente, como Cuba o La Española.

Según historiadores, arqueólogos y antropólogos, como Alfonso Caso y Miguel Covarrubias, en la historia de la civilización olmeca destacan cuatro periodos:

-Periodo de Formación

-Periodo de Integración

-Periodo de Expansión

-Periodo de Desintegración

A todos ellos sorprende el grado de desarrollo de esta antiquísima civilización que, como era de esperar, ha desatado la imaginación y las conjeturas de numerosos investigadores heterodoxos y astroarqueólogos, como el Dr. Óscar Padilla Lara, para quien "la única explicación razonable para comprender el desarrollo cultural y tecnológico de los antiguos olmecas, que después incluirían en los mayas, aztecas y demás culturas mesoamericanas, es el contacto con alguna forma de civilización extraterrestre".

En algunos pueblos centroamericanos todavía existen hoy extrañas esculturas olmecas que parecen otear pacientemente el firmamento, y que para el Dr. Padilla Lara, estarían aguardando el regreso de los dioses venidos del cielo...

El arte olmeca tiene varias formas típicas como lo son los enormes monolitos que conforman las cabezas colosales, los altares masivos, concebidos como tronos o asientos, y las estelas que relatan momentos históricos. Así mismo, en cuanto a piezas menores, reconocemos hachas y máscaras de piedra. Las recientes exploraciones en un sitio olmeca en el estado de Veracruz llamado El Manatí, permitieron hallazgos de otro tipo de objetos tales como bustos y bastones de mando realizados en madera así como pelotas de hule.

A pesar de que no conocemos muchos de los aspectos de la cultura olmeca, tales como el idioma, a partir de los monumentos recuperados sabemos que la religión olmeca giraba alrededor de deidades sobrenaturales que compartían atributos de animales, siendo las representaciones más prominentes los jaguares, los cocodrilos y las serpientes, aunque también aparecen insectos, tiburones y peces.

Los olmecas constituyeron un pueblo guiado por fuertes gobernantes, cuyos retratos son las cabezas colosales que los han hechos famosos. Los enormes monumentos, antes llamados altares eran posiblemente los tronos de los gobernantes.

Las cabezas colosales olmecas son una de las manifestaciones artísticas más conocidas de esta antigua cultura. En la zona nuclear olmeca antes citada, existen un total de 17 cabezas colosales: 10 de San Lorenzo, 4 de La Venta, 2 de Tres Zapotes y 1 de Cobata. En el Museo de Antropología de Xalapa se exhiben 7 cabezas procedentes de San Lorenzo.

La roca volcánica usada en las cabezas colosales de San Lorenzo proviene de las montañas de los Tuxtlas, a unos 60 Kms. al noroeste de San Lorenzo. La sociedad olmeca fue capaz de lograr la inmensa empresa de su transporte basándose, probablemente, en la coerción y cooperación de las poblaciones que dominaba. La dificultad de proveerse de estos materiales o bien la importancia simbólica de los mismos, impulsó a los olmecas a reutilizar las piedras para esculpir. Existe evidencia de que algunas cabezas colosales fueron originalmente altares y que fueron reesculpidos como cabezas.

En algunas de las cabezas, que pueden pesar mucho más de 10 toneladas de peso, encontramos detalles interesantes, como el pronunciado estrabismo que se aprecia en los ojos de muchas de ellas. Un defecto visual que constituía, no obstante, el patrón de belleza de muchas civilizaciones antiguas de Mesoamérica.

La meseta de San Lorenzo puede considerarse uno de los trabajos de arquitectura monumental más grandes de Mesoamérica, porque fue modificada a través del enorme esfuerzo humano invertido en la construcción de terrazas, rellenos, cortes, remoción de toneladas de tierra y paredes de contención, conviertiendo el terreno natural en el espacio sagrado y cotidiano de los antiguos habitantes. Por encontrarse en un punto clave de las vías de comunicación, pudo regular la importación y exportación de productos en la región y aún más allá.

Otro de los elementos mas desconcertantes de esta cultura es que los olmecas no usaban la rueda y no tenían animales de carga, por lo que el esfuerzo fue totalmente humano. Las rutas terrestres y acuáticas fueron factibles, con una evidente mayor seguridad por tierra. La magnitud del esfuerzo energético humano necesario para el transporte de las piedras coloca a los olmecas en un plano de organización, tecnología y coordinación excepcionales para su época. Sabemos que San Lorenzo decayó como importante centro regional del Preclásico Inferior alrededor del 900 antes de Cristo. Pero el sitio no fue totalmente abandonado, existe evidencia de que ahí perduró una pequeña población durante el Preclásico Medio y Superior. Las causas propuestas para la decadencia de San Lorenzo, incluyen la revuelta interna, las invasiones y la gradual pérdida de importancia.

El final de la cultura olmeca no fue abrupto, se dio más bien como transformación gradual a lo largo de sus historia, terminando entre el 400 y el 1






Comentarios / Consultas