La Jungla, de Upton Sinclair

Categoría: Arte y Humanidades
Fecha: 15/04/2013 21:38:12
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Marija Berczynskas era la responsable de la organización de la boda. Corría de un lado para el otro dando órdenes. Ya los invitados habían empezado a llegar. El lugar era en la parte de atrás de un salón, en una zona en Chicago.

Se casaba Ona Lukoszaite. Vestía de blanco, con un velo y guantes que completaban el atuendo. Sus manos estaban temblorosas por la emoción, casi sentía que todo era demasiado para ella. Se casaba con Jurgis Rudkus, de hombros anchos y manos gigantescas. Vestía un traje nuevo.

Jurgis, que podía levantar cien kilos de carne sobre sus hombros casi sin chistar, ahora temblaba en una esquina cuando respondía a las felicitaciones de sus amigos.

La hospitalidad nacida de la Lituania natal exigía que todos comieran y bebieran así que cada vez que alguien pasaba curioseando por el lugar se le ofrecía una silla y se le invitaba con algo. Cada quien era libre de hacer lo que quisiera, podían sacarse el sombrero y el saco o dejárselo puesto, charlar o cantar a su antojo, mientras alguien decía unas palabras. Todo era un gran bullicio.

El salón era enorme. Más allá, en una esquina, el bar. En la otra esquina se ubicaban dos mesas, con la novia presidiendo el lugar. La torta, blanca, adornada con flores y ángeles, en el centro. Una puerta abre a la cocina donde un grupo de mujeres, jóvenes y viejas, corren llevando platos diferentes. En otro sector los músicos se esfuerzan por hacerse escuchar entre el bochinche.

A través del humo aparece la tía Elizabeth, madrastra de Ona, Teta Elzbieta, como la llaman, llevando un pato. Detrás está Kotrina y un minuto después aparece la vieja abuela Majauszkiene, con un gran bowl de papas humeantes.

Los invitados ocupan su lugar. Jurgis se sienta a la derecha de la novia. El encargado del bar recibe su porción y, aún, el policía, que deberá separar a los borrachos más exaltados más tarde, ocupa un lugar.

Los músicos van de una pieza a otra. El del violín lidera al grupo y toca frenéticamente. La música trata de hacerse escuchar entre el sonido de la multitud...

Primero párrafos de la obra del autor norteamericano Upton Sinclair

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