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Tómate un tiempo y mira tú álbum familiar. Automáticamente las emociones regresan.

Esa foto con un olor característico y el olor de un objeto viejo hace sentir que los años ya pasaron.

Para algunos una de las mejores etapas es la niñez. La emoción que se sentía un día antes del cumpleaños y esperar con ganas ese momento para recibir sorpresas.

Cuando uno es niño y celebra un cumpleaños más, en realidad no cuenta los años, sólo se vivía ese momento, que sin saber, al pasar el tiempo hoy se extraña. Soplar las velas era como soltar mil deseos al aire, quizás deseos que más adelante ni recordaríamos. Escuchar cantar esa canción tan optimista y con letra facilísima:

"Feliz cumpleaños a ti

feliz cumpleaños a ti

te deseamos a ti

Que los cumpla feliz

que los vuelva a cumplir..."

Mientras todos cantaban entusiasmados aplaudiendo mirando a la cara al cumpleañero, este se iluminaba sólo con las velas y las luces apagadas, esos menos de 5 minutos eran demasiados emocionantes y algo vergonzoso a la vez.

Es genial que se siga esa tradición. Que en cada soplada de velas se siga teniendo fe en esos deseos que van acompañados juntos con el humo.

Hay cierto cumpleaños que ya no he soplado velitas con número, si no un signo de interrogación. Que en lo personal no me parece lo mejor, pero bueno! son sorpresas que hacen la familia o amigos.

Esa fecha del día que naciste, obviamente debe de ser celebrado, pero creo que más, agradecido con la vida.

Obviamente todo cambia, los cumpleaños que tuvimos de niños, no será lo mismo ahora que ya estamos mayores. Pero si se debe de mantener esa emoción y entusiasmo.

Si de niños quizás pedíamos pasar de año en el cole, una muñeca nueva o quizás que tus papas nunca de muera, etc. Ahora debemos reflexionar en ese día, mirar atrás para ver todo lo que hemos crecido, no en talla, si no como personas.

Con los años que uno cumpla no hace la sabiduría, por el contrario, lo hacen nuestros actos.

Feliz cumpleaños a todos. :)